Edith Södergran: Poesía completaPionera de la poesía en sueco en Finlandia, la autora Edith Södergran (San Petesburgo, 1892 -Raivola, 1923), nacida en San Petersburgo en 1892, comenzó a escribir a los 14 y murió a los 31 años, dejando una vigorosa obra iluminada que la editorial Nórdica ha reunido en un solo tomo.

 

 "Que mis poemas son poesía nadie lo puede negar, que están en verso no quiero yo afirmarlo. He intentado dotar de ritmo a algunos poemas obstinados y he observado así que sólo desde la libertad absoluta poseo el poder de la palabra y de la imagen, es decir, a expensas del ritmo. Mis poemas deben tomarse como descuidados bocetos a mano. En lo que respecta al contenido, dejo que mi instinto construya a partir de lo que mi intelecto presencia en actitud expectante. La seguridad que tengo en mí misma se debe a que he descubierto mis dimensiones. No me conviene hacerme menos de lo que soy", escribía la poeta Edith Södergran para presentar su segundo libro, La lira de septiembre, de 1918.

 

"Pese a la agudeza de Edith Södergran en la reivindicación de lo pequeño (...) la capacidad para el análisis y la voluntad de reflexión terminan orillando el factor confesionalm y presentan el decir de la experiencia como herramienta, y no como objetivo", escribe Elena Medel en el prólogo."Sus poemas los guía una voz femenina que no oculta su género", agrega, y señala que entre los temas de los que se encarga está la sororidad, el lugar de la mujer, del deseo y la libertad.

 

Poemas de Edith Södergran. Traducción de Neila García.

 

Vi un árbol

 

Vi un árbol más grande que todos los demás

 

y repleto de piñas inalcanzables;

 

vi una iglesia grande y con las puertas abiertas

 

de la que todos salían fuertes y pálidos

 

y listos para morir;

 

vi a una mujer que sonriente y maquillada

 

jugaba su suerte a los dados

 

y vi que perdía.

 

 

 

En torno a aquello se dibujaba un círculo

 

que nadie traspasa.

 

 

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Atardeceres violeta

 

Llevo en mí atardeceres violeta desde mis orígenes,

 

doncellas desnudas jugando con centauros galopantes...

 

Días de sol amarillos de finas miradas,

 

sólo los rayos del sol condecoran dignamente el dulce cuerpo de una mujer...

 

 

 

El hombre no ha venido, jamás ha sido, jamás será...

 

El hombre es un espejo embustero que la hija del sol lanza iracunda contra el barranco.

 

el hombre es una mentira que los blancos niños no entienden,

 

el hombre es una fruta podrida que los labios orgullosos repudian.

 

 

 

Bellas hermanas, venid hasta las rocas más abruptas,

 

somos todas guerreras, heroínas, amazonas,

 

ojos inocentes, frentes celestiales, larvas de rosas,

 

fuertes marejadas y pájaros revoloteantes,

 

somos el rojo más inesperado y más profundo,

 

rayas de tigre, tensas sogas, estrellas sin vértigo.

 

 

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Mis flores artificiales

 

Mis flores artificiales

 

enviaré a tu casa.

 

Mis pequeños leones de bronce

 

colocaré a tu puerta.

 

Yo me sentaré abajo en la escalera --

 

una perla oriental extraviada

 

en el rugiente mar de la gran ciudad.