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Publica El País (Uruguay)

Por Elvio E. Gandolfo

En buena medida el texto de Benjamin amplía y perfecciona esa idea, con un encastre tan afinado de idea y lenguaje, de propuesta y ejemplo concreto, que su potencia resulta explosiva. Casi no hay página que no proyecte caminos nuevos.

Aunque la obra de arte siempre ha sido reproducible, hay instancias históricas donde el proceso se acelera. Además cada nuevo salto absorbe el anterior: si la xilografía logró reproducir por primera vez el dibujo, en la Edad Media, "a la xilografía se suman el grabado en cobre, el aguafuerte y el aguatinta; a comienzos del siglo XIX, la litografía", una técnica que le permitió al dibujo "acompañar la vida cotidiana con ilustraciones. Comenzó entonces a seguirle el paso a la imprenta".

La fotografía a su vez interrogó, acosó, jaqueó el papel del cuadro pintado, y cuando pasó a ser móvil y tener sonido, el cine planteó un giro radical. Los factores puestos en crisis de inmediato fueron la tradición, el aura o carácter único de la obra de arte, y su inserción en un ritual. Desde el campo del naciente psicoanálisis (en particular Psicopatología de la vida cotidiana de Freud), el lapsus verbal dejó de ser neutro y comenzó a significar. El "insight" permitió ver en las imágenes del cine mucho más que lo que aparece en la superficie. Ver cine es mucho más que mirar: "La cámara nos permite descubrir el inconsciente óptico, del mismo modo que el psicoanálisis nos hizo descubrir el inconsciente pulsional".

Benjamin escribió este texto en pleno ascenso del nazismo, que provocó al fin su suicidio (o asesinato, según hipótesis recientes expuestas aquí por Jorge Monteleone en una extensa "apostilla"). La dimensión política aparece sin cesar: "Todos los esfuerzos por estetizar la política culminan en un mismo punto", se dice en el epílogo. "Ese punto es la guerra". Por momentos parece referirse a fenómenos recientes como el cine y la literatura "cyber-punk": "La guerra es bella porque inaugura la soñada metalización del cuerpo humano".

La masa (base del así llamado "público") cumple un papel central, ubicándose de modo esquivo para el análisis: es revolucionaria en su aceptación de Chaplin, según Benjamin, y reaccionaria en su rechazo del surrealismo. La traducción de Silvia Fehrmann es ajustada, y reemplaza en el título el término muy usado antes "reproductibilidad" por "reproducción".



Ficha:

LA OBRA DE ARTE EN LA ERA DE SU REPRODUCCIÓN TÉCNICA
Walter Benjamin
El cuenco de plata
Buenos Aires, 2011
123 páginas

 

Colaboramos con:

                               Concurso jóvenes talentos                                              Universidad Camilo José Cela