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Publica The New York Times

Por Anita Patil

Cuando se supo que Vladimir V. Putin planeaba pilotear un aerodeslizador y guiar a seis grullas siberianas a su hábitat invernal a principios de septiembre, los rusos parecieron lanzarse a un frenesí de Photoshop. Las imágenes satíricas inundaron Internet, entre ellas una del presidente montado en una grulla y otra que lo mostraba sobre un tiburón.

El aumento del disenso que fue creciendo en Rusia durante un año generó un auge del Photoshop, informó el New York Times, "una forma que parece adaptarse especialmente bien a los jóvenes rusos sofisticados e irónicos que constituyen buena parte de los descontentos". Los jóvenes rusos se han apresurado a desafiar a las autoridades. Cuando los editores manipularon una fotografía del Patriarca Cirilo I en el sitio web de la Iglesia Ortodoxa Rusa para eliminar de su muñeca un reloj Breguet que valía por lo menos 30.000 dólares, los bloggers pronto descubrieron el engaño y calificaron a la iglesia de hipócrita.

La aerografía y los fotomontajes sirven desde hace mucho como herramientas ideológicas, y retocar imágenes es algo habitual en moda y publicidad. Sin embargo, la extendida manipulación ha hecho que la gente ya no espere una foto exacta. Muchos se han cansado y anhelan autenticidad.

La tarea de los desenmascaradores puede verse facilitada gracias a una nueva extensión de Photoshop. El emprendimiento Fourandsix Technologies acaba de lanzar FourMatch, un software que puede determinar la probabilidad de que una imagen haya sido objeto de alteraciones.

El producto apunta a profesionales, pero los fundadores dicen que también pueden usarlo los consumidores como filtro de realidad de las imágenes de la Web.

El retocado se ha extendido a todo tipo de fotos. "En los últimos años he observado una propensión a mejorar la realidad", declaró al New York Times David Granger, el editor de Esquire.

Los cielos son más brillantes, la hierba es más verde y las ovejas son más blancas. Jill Greenberg, que fotografió ovejas para un artículo de Women’s Health sobre el sueño, dijo al New York Times que los animales eran de un color amarillo grisáceo. "Tuvimos que hacer que las ovejas se vieran blancas como las de un dibujo animado", declaró. "Tenemos ideas en la cabeza que en realidad son fantasías".

Fue esa fantasía lo que llevó en abril a Julia Bluhm, una joven de catorce años de Maine, a iniciar un petitorio protestando contra las imágenes manipuladas de modelos que aparecían en las revistas. Pronto obtuvo 25.000 firmas, y el petitorio llevó a los editores de la revista Seventeen a prometer en el número de agosto que serían más transparentes en relación con las fotos.

Quienes apoyan la campaña temían que la revista abandonara su "promesa de mostrar chicas reales tal como son". En los últimos meses, las celebridades han tratado de hacer lo mismo y publican fotos suyas sin maquillaje.

En julio, Rihanna subió a Twitter una foto suya sin maquillaje y con coletas. Lady Gaga, Kim Kardashian, la actriz Roseanne Barr y Snooki, de "Jersey Shore", han publicado fotos sin maquillaje en los últimos tiempos.

Emilie Zaslow, una profesora de la Universidad Pace en Nueva York, declaró al New York Times que es una forma de que la gente "imagine a la celebridad como una persona real, auténtica y con una estrecha relación con sus admiradores".

Esa autenticidad, sin embargo, podría ser tan efímera como la siguiente foto. En general, las imágenes tienen por objeto generar publicidad ­aunque sea de forma inconsciente­, declaró al New York Times Soroya Bacchus, psiquiatra de Los Ángeles.

"Se relaciona con cierto sentido de narcisismo que se manifiesta como: `Ah, vean qué humilde que soy’", dijo. "Es falsa modestia".

 


Fuente: Clarín. Revista Ñ.

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