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Lectura de manuscritos y tutorías para obra en curso 

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La influencia de Leary en el ambiente literario y artístico de la época fue grande, pero lo importante fueron las investigaciones y descubrimientos que hizo sobre la influencia de las drogas psicotrópicas en el subconsciente y sus posibilidades terapéuticas y clínicas. La universidad de Harvard, al ver que los experimentos que financiaba se le iban de las manos, decidió cortar el apoyo a Leary, quien sin embargo se pasó al sector "privado" para continuar con los estudios.

El archivo que ha adquirido la Biblioteca de Nueva York por 900.000 dólares consta de 335 cajas de papeles, cintas y fotografías que estarán disponibles al público y los investigadores en el plazo de un año, cuando hayan sido clasificados y digitalizados sus contenidos.

Las confusiones y bromas en torno a sus descubrimientos y experimentaciones llevaron a Jack Kerouac, por ejemplo, a escribirle: "Qué tal si contribuyes a mi próxima obra maestra de la prosa enviándome un frasco de SM [Psilocybe semilanceata, "monguis"], como el que has enviado a Bill Burroughs. Allen me dice que podría escribir un capítulo diario con dos pastillas y acabar con una novela al cabo de un mes".

Allen Ginsberg fue el responsable de convencer a Leary de que fuera más allá del trabajo con los psicotrópicos entre una minoría intelectual y llevara la revolución psicodélica a las masas.

William Stingone, el "curador" de los manuscritos, afirma que sus contenidos acabarán con muchos mitos sobre los personajes más relevantes de la contracultura de la década del '60.

A pesar de muchos de los mitos construidos alrededor de su figura, Timothy Leary fue un auténtico revolucionario del pensamiento sobre las drogas y sus posibilidades para la exploración de las zonas ocultas de la mente. Dejó algunos textos que aún siguen vigentes en su fuerza liberadora:

El objetivo de la vida humana es conocerse a sí misma. Pensar por sí misma. Cuestionar la autoridad. Pensar con sus allegados. La filosofía es un trabajo en equipo. La filosofía constituye el más grande placer afrodisíaco. Aprender a operar el cerebro, aprender a operar la mente, aprender a rediseñar el caos.

Los líderes religiosos, los líderes políticos quieren ordenar cómo llevar nuestra vida, determinar cómo debemos pensar. El logro elemental es operar nuestra propia mente. Pensar por nosotros mismos.

Hace unos tres mil años, un grupo de seres humanos empezaron en Atenas, Grecia, a desarrollar una nueva filosofía, una religión básica del ser humano que se llama humanismo. Sócrates dijo que el objetivo de la vida humana es conocerse a sí misma, crear y marcar su propio orden a partir del caos. Sócrates no dio instrucciones. Sócrates no impuso el orden. Sócrates hizo preguntas. Animó a sus amigos a especular, diseñar, crear e interactuar a partir de sus propias versiones de la realidad. Sócrates dijo que la manera de hacer filosofía era a partir de grupos pequeños, capaces de hacerse preguntas, capaces de aprender entre ellos, cambiando, cambiando sus mentes, creciendo juntos, pensando juntos.

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                               Concurso jóvenes talentos                                              Universidad Camilo José Cela