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27 Abr 2024
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Publica El Confidencial

Por Peio H. Riaño

El acuerdo garantiza la viabilidad de la agencia literaria de la veterana Carmen Balcells (Santa Fe de Segarra, Lérida, 1930) y permite a Andrew Wylie (Boston, EEUU, 1947) meter el diente en una de las presas que todavía se le resistían, la literatura en castellano. Balcells no vende la gestión de sus 200 autores, la comparte. Algo que trata de rematar desde hace cinco años, con varios conatos de alianza.

En la última Feria de Fráncfort, el chacal ofrecía un catálogo de 262 clientes –aunque representa a cerca de mil- y entre ellos una escasa cuota de autores en español, con Jorge Amado, Roberto Bolaño, Jorge Luis Borges, Guillermo Cabrera Infante, Enrique Krauze, Antonio Muñoz Molina y Rodrigo Rey Rosa.

Con esta fusión, sólo queda Guillermo Schavelzon como pequeño escollo para que la nueva empresa Balcells&Wylie tenga el monopolio del idioma. La creadora del 'boom' de la novela latinoamericana, cinco décadas después, se retira con una cartera en la que quedan Mario Vargas Llosa, Manuel Vázquez Montalbán, Carlos Fuentes, Juan Marsé, Javier Cercas, Onetti, Eduardo Mendoza, Isabel Allende, Juan Goytisilo, Camilo José Cela o Gabriel García Márquez. Wylie no tardará en volver a dinamitarlo. Precisamente, el último de los autores citados era una de sus trofeos más deseados, entre otras cosas porque supone el 40% de la facturación del negocio de la Mamá Grande. Pero el chacal reconocía que la familia no iba a traicionar a la agente catalana.

“La familia García Márquez y Carmen Balcells, su agente de toda la vida, son como uña y carne. No hay nada que hacer. La mujer y los hijos de García Márquez van a seguir con Carmen Balcells”, explicó hace unas semanas al diario argentino La Nación, con motivo de la Feria del Libro de Buenos Aires. El superagente literario da prioridad a los derechos de los autores fallecidos porque está convencido de que “dan autoridad”.

Una sociedad internacional

Según han informado por comunicado, Balcells y Wylie firmaron el pasado martes “un acuerdo de intenciones con el fin de crear una agencia internacional”. En el mismo añaden que se han seguido y “admirado mutuamente durante años, y deseamos trabajar estrechamente a partir de hoy”. Aseguran que el objetivo de ambos es “dar mayor fuerza, alcance y duración a la representación de los clientes”. Hablan también de “entusiasmo” y de “total compromiso con las oportunidades que se nos presentan”.

Con esta sociedad Wylie pone punto final a una larga persecución, en la que ha tratado de comprar la agencia varias veces. La última vez estuvieron negociando un año y medio para finalmente no cerrar nada. Balcells no quiso, porque, tal y como ha contado el norteamericano, alguien cercano a la agente le definió como un ladrón. Él avisó a Carmen que era “lo suficientemente inteligente como para saber que no debo robar las ruedas al coche antes de llevármelo”.

Balcells había comunicado a su círculo más íntimo que se jubilaría el uno de junio próximo. Era la fecha tope. Quería dejarlo todo bien atado: primero debía vender parte de su negocio y luego buscar un sucesor: Guillem d’Efak es el elegido, un joven gestor cultural de 38 años, que trabaja desde hace unos meses en la agencia, a la que entró con la encomienda de tomar el timón cuando la dueña decidiera retirarse de los mandos de la agencia literaria más importante del mundo en lengua española.

Junto a él se mantienen Gloria Gutiérrez y Javier Martín, dos pilares de la empresa, que además cuentan con acciones. Balcells no quería soltar del todo la nave y juntar las participaciones de sus dos compañeros con las suyas, hasta llegar a un 52% de la propiedad.

Al calor de las deudas

Pero la operación cierra, sobre todo, las deudas que desangraban el negocio en la última década. Conocedor de la situación económica por la que atravesaba la veterana agente –un agujero de millón de euros-, Wylie no fue el único pretendiente, también apareció el capital de Miguel Barroso para asociarse con ella. Corría 2010 y Balcells necesitaba ampliar capital, 500.000 euros y el reparto del negocio en los porcentajes mencionados.

Ella prefería alguien que fuera ajeno al sector del libro, pero Barroso, además de publicista, vinculado a la productora Mediapro de Jaume Roures, primer secretario de Estado de Comunicación del primer Gobierno de Zapatero y esposo de Carme Chacón, era escritor. No hubo alianza, pero mientras se decidía, el Estado compró a la mujer más poderosa del panorama editorial cinco camiones de miles y miles de documentos, manuscritos y cartas que fue almacenando durante 50 años de relación con sus autores. El Ministerio de Cultura, del que era responsable Ángeles González Sinde, cerró, en los años más duros de la crisis financiera, un acuerdo por 3.000.000 de euros.

Cuatro años después de la venta, todas las entretelas de hasta cinco premios Nobel de Literatura (Pablo Neruda, Vicente Aleixandre, Gabriel García Márquez, Camilo José Cela y Mario Vargas Llosa) continúan encerradas a cal y canto en el Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares. Nadie puede acceder a los documentos por expresa prohibición de la antigua dueña, una vez ha perido el patrimonio. Barroso tampoco fue satisfecho como se ha podido ver. 
La agente en Oslo, acompañando a Vargas Llosa.La agente en Oslo, acompañando a Vargas Llosa.

Entre la correspondencia que tiene el Estado en el olvido, y que pudo revisar este periodista, hay cartas comprometedoras. “Carmen: necesito dinero. Con esta pierna rota estoy perdiéndolo. Hazme un magnífico contrato, mejor que el de Aguilar. Todavía me falta algún tiempo para estar bien”, escribió Rafael Alberti a su agente, el 25 de septiembre de 1987, en la que avisaba de que ya tenía cerrada “toda” La arboleda perdida. Unos meses antes, el 23 de abril, había firmado publicar sus obras completas con Aguilar por 2.000.000 de pesetas.

Los nuevos escritores que representen Balcells&Wylie, constituida como la mayor casa de autores del mundo, estarán más acompañados, aunque quizás tengan un trato menos casero. Lo que sí es seguro, por lo que ha podido saber este periódico preguntando entre las agencias literarias en competencia, es que un gran grupo como el que se acaba de crear tendrá mucho más poder ante una editorial, para cerrar nuevos porcentajes en papel e internet de los derechos de los libros que representen.

 

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                               Concurso jóvenes talentos                                              Universidad Camilo José Cela