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27 Abr 2024
11:00AM -
Sandor Marai

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Informan Agencias

 

    Bradbury, un ávido lector desde pequeño, se preciaba de no usar computadoras y consideraba que internet solo servía para el comercio y que en la vida actual había "demasiadas máquinas".

    Agudeza y sentido del humor fueron dos rasgos de la personalidad de Bradbury, quien decía ser descendiente de una de las brujas de Salem y recordaba que con diez años había sido ayudante en una función del famoso ilusionista Blackstone.

    Admirador declarado de Rice Burroughs y de Julio Verne, se consideraba a sí mismo "un narrador de cuentos con propósitos morales" y le gustaba identificar su género con la fantasía.

    "En primer lugar, no escribo ciencia ficción (...) la ciencia ficción es una descripción de lo real. La fantasía es una descripción de lo irreal", dijo una vez para aclarar que entre sus obras solo Fahrenheit 451 podía inscribirse en el primer género y que "Crónicas marcianas" estaba en el segundo como "los mitos griegos".

    El autor de Crónicas marcianas, donde se cuenta la colonización del planeta rojo por la humanidad y la decadencia de esa civilización, tenía grandes esperanzas en que el hombre iba a ser capaz de asentarse en Marte algún día, para "dejar atrás los problemas de la Tierra y comenzar de nuevo".

    Quizás por eso en 2004 le dijo a un diario chileno: "cuando muera, quiero que me cremen, que pongan mis cenizas en un tarro de sopa de tomate ­y me entierren en Marte!".

    En esa entrevista incluso fantaseó con la posibilidad de que sus libros fueran leídos en el planeta rojo "dentro de unos cien años más" y que los colonos se rieran de "lo inexacto" que había sido en Crónicas marcianas.

       Desde los doce años enviaba sus historias a las revistas con la esperanza de que publicaran alguna. Su primer relato publicado fue "Pendulum", escrito en 1941, en colaboración con Henry Hasse.

    No pudo ir a la universidad por problemas económicos, pero visitaba la biblioteca de su ciudad todos los días para instruirse.

    En 1950 publicó Crónicas marcianas, a la que siguieron El hombre ilustrado, Fahrenheit 451, El vino del estío, La feria de las tinieblas, Las doradas manzanas del sol, Remedio para melancólicos, Las maquinarias de la alegría, Out of Space, adaptada al cine por él mismo; Cuentos del futuro, Cuentos espaciales y Memoria de crímenes, entre otras muchas.

    Escribió también numerosas obras teatrales y guiones para la televisión y el cine, incluido el de la película de John Huston Moby Dick (1956). También muchas de sus obras fueron llevadas al cine, como Fahrenheit 451, por Francois Truffaut.

    Cuando en 2006 recibió el VI Premio Reino de Redonda, instituido por el escritor español Javier Marías y uno de los numerosos galardones que poseía, el jurado señaló que en "sus extraordinarias narraciones fantásticas" confluyen "una inventiva tan original como poética, un profundo talante humanista y un desacostumbrado romanticismo".

    Eso le permite "crear verdaderos mitos modernos y lanzar acertadas visiones de un futuro a menudo amenazado por el riesgo totalitario que trae consigo la idolatría de la técnica deshumanizada".

    "Su legado sigue vivo en su obra monumental de libros, cine, televisión y teatro, pero lo más importante, en las mentes y los corazones de cualquiera que lo haya leído, porque la lectura permitía conocerle. Era el hombre más grande que conozco", dijo hoy su nieto Danny Karpetian al anunciar su muerte.

 

Arquitecto y diseñador

 

    Como arquitecto y diseñador, fue autor de la primera galería comercial de Estados Unidos y del pabellón estadounidense en la Feria Mundial de Nueva York de 1961. También diseñó atracciones para Disney.

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                               Concurso jóvenes talentos                                              Universidad Camilo José Cela