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Por Elena Hevia

El libro, que llega a España unos meses después del 50º aniversario de la muerte del escritor que se celebró el pasado julio, reúne más 300 fotos y documentos personales procedentes de la Colección Hemingway de la Biblioteca JFK de Boston, muchos de ellos inéditos, entre las que hay que destacar un buen puñado de imágenes firmadas por primeras espadas de la fotografía como Robert Capa o John Bryson. Cuenta además con un texto de presentación de la nieta más famosa del autor, la actriz Mariel Hemingway -sí, la amante adolescente de Woody Allen en Manhattan-, que por primera vez escribe sobre su abuelo, a quien por cierto no conoció, porque su nacimiento se produjo tres meses después de que él tomara la decisión de poner fin a su vida. La visión de la nieta abona su leyenda de tipo duro: «Un hombre de la cabeza a los pies, cazador, pescador en mar abierto, amante de la comida y el buen vino, de palabra clara y precisa...»

El encargado del texto principal, subsidiario de las fotografías, es Boris Vejdovsky, profesor en la Universidad de Lausana, Suiza, y miembro de la Hemingway Society que ha dividido el trabajo en diversas etapas: la infancia, sus lugares -París, África, España o Cuba- y un revelador capítulo dedicado a su complicada relación con la mujeres.

EL NIÑO QUE FUE NIÑA / ¿Qué muestran estas fotografías? Por ejemplo, uno de los episodios menos aireados de las difíciles relaciones que Hemingway mantuvo con su madre («esa arpía», solía llamarla), y es que hasta los tres años Grace vistió al pequeño Ernest de niña. Las imágenes le muestran con volantes y lacitos como falsa gemela de su hermana menor Marcelline.

La herida que inspiraría una de sus mejores novelas, Adiós a las armas, durante la primera guerra mundial está documentada con un jovencísimo e ingenuo convaleciente. En el Hemingway que se pasea por la guerra civil española con la cámara de Capa como testigo y su fama ya consolidada empieza a operarse la transformación. Es el momento en el que escribe Por quien doblan las campanas, su novela sobre el conflicto (Lumen la publica ahora con una nueva traducción). Se ha dicho que fue el fracaso de su relación con su tercera esposa, Martha Gellhorn, quien se reveló mucho más eficaz que él como corresponsal de guerra durante la segunda guerra mundial, el acicate de su obsesiva necesidad de mostrarse en plan macho alfa cobrando piezas de caza mayor en África o disfrutando de la violencia de la fiesta nacional en España. Pocas son las imágenes que escapan a esa marca de fábrica pero ahí están.

 

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                               Concurso jóvenes talentos                                              Universidad Camilo José Cela